Esta es la historia de una página web que estuvo presente bajo el domino www.miborges.com.ar, que apareció conjuntamente en formato libro (fotos varias, abajo) y en forma virtual entre 1999 y 2014. Fue además un portal de poesía y de reportajes.
María Kodama, Alejandro Vaccaro, María Rosa Lojo, Marta Díaz, Ignacio Gutiérrez Zaldívar, Susana Marta García fueron algunos de los entrevistados que engalanaron aquellas páginas (iremos de a poco añadiéndolos)
O tempora! Así apareció originalmente (y tengo todavía varios ejemplares así cerrados), con film termosellado, una faja roja que ofrecía "GRATIS: 1 Mes de Internet. Con este libro, CD-Rom incluido". Es que en los inicios de la internet, se instalaba (jaa, sí sí, se instalaba) el sistema operativo que posibilitaba tener internet en la una PC. Esta empresa que nos auspició en su momento, 1999, Sinectis, posibilitó pagar la edición. De hecho, éste fue el primer libro completo puesto en un sitio web en la Argentina, según la gente de Sinectis nos informó en su momento. El portal original fue diseñado conjuntamente por el periodista y editor Chacho Rodríguez Muñoz y el DG Martín Díaz Cortez.
Esta, la portada ya del libro propiamente dicho, sin film ni faja.
Ya sin film, los elementos por separado: el libro, el CD Rom de promoción que venía insertado dentro de la contraportada y la faja que envolvía el libro.
Un detalle más cercano de los elementos de la portada de
miBorges.com, poema en nueve cantos:
miBorges.com, poema en nueve cantos:
el título del poemario, que vincula a Jorge Luis Borges, creador del concepto de biblioteca universal y, por lo tanto, hacedor conceptual de la red de redes y la cara de la moneda conmemorativa aparecida en la Argentina en 1999 en homenaje al centenario del nacimiento del escritor.
La contratapa, con la dirección URL de entonces: www.miborges.com.ar, que señalaba la conjunción de elementos, libro físico + web; en medio, cruz de la moneda conmemorativa que apareció en la Argentina en homenaje a Borges por el centenario de su nacimiento, en 1999, que muestra uno de los símbolos borgeanos por antonomasia, el laberinto, y por último, abajo, números y barras del ISBN, registro de la obra.
Y de aquí en más, el libro completo:
Y Dios lo hizo morir durante cien años y luego lo animó y le dijo:
-¿Cuánto tiempo has estado aquí?
-Un día o parte de un día, respondió.
Alcorán, II 261
Acápite del cuento El Milagro Secreto,
Ficciones, J. L. Borges
Como lo cuenta Borges
"Fue en la Nochebuena de 1938, el mismo año en que murió mi padre, que sufrí un grave accidente. Yo subía apresuradamente una escalera cuando de pronto sentí que algo arrasaba la piel de mi frente; había rozado el filo de una ventana recién pintada y abierta de par en par. A pesar de los primeros auxilios, la herida se infectó. Durante una semana más o menos permanecí en cama sin dormir y sufriendo alucinaciones y temperatura elevada. Una noche perdí la capacidad de hablar y hube de ser trasladado urgentemente al hospital; se había producido septicemia y durante un mes me debatí entre la vida y la muerte...Había escrito algunos poemas y docenas de reseñas breves, pensé que si ahora intentaba escribir uno y fracasaba entonces significaría que estaba terminado intelectualmente. Pero si intentaba algo que no hubiera hecho nunca anteriormente y fracasaba, no sería tan doloroso y hasta podría prepararme para la revelación final. Decidí que intentaría escribir un cuento; el resultado fue Pierre Menard, autor del Quijote... Recuerdo que mi madre quería leerme fragmentos de un libro que yo había pedido,
Out of the Silent Planet de C. S.Lewis, pero durante tres noches no dejé que lo hiciera. Finalmente prevaleció su voluntad y, tras escuchar una o dos páginas, rompí a llorar. Mi madre me preguntó cuál era la razón de mis lágrimas. Lloro porque comprendo, dije”.
De “Las memorias de Borges”, publicado en el diario La Opinión de Buenos Aires, el 17 de septiembre de 1974.
Punto de inflexión
"El punto de inflexión (en la vida de Jorge Luis Borges) fue un terrible accidente que sufrió a finales de 1938. Siempre había padecido problemas de visión, y aquel año resbaló en una escalera mal iluminada y cayó, golpeándose gravemente la cabeza. Estuvo seriamente enfermo en el hospital durante semanas, tuvo terribles pesadillas y una convalecencia dolorosamente lenta, en la que comenzó a dudar de su estado mental y de su capacidad para escribir. Y de este modo, a los treinta y nueve años, intentó escribir un relato para tranquilizarse..."
Bloom, Harold: El canon occidental, Anagrama, Barcelona, 1995, pág. 473
A ti, lector
Escribí este libro como si me lo dictaran, en una noche. Y luego fueron casi diez días de pulir sus versos apasionada y febrilmente. Soñaba con Borges despierta y también cuando dormía. De pensar en él salieron repito, como dictados, los versos que siguen y que, como una obsesión, me persiguen hasta el momento de editar este libro.
Para librarme de esa obsesión es que la comparto con quien tenga la paciencia de leer, en papel o en Internet, los Nueve Cantos que componen el poema. ¿Hace falta explicar este juego de sueños de ida y vuelta donde nuestro Borges, en su delirio de 1938, imagina cómo faltando poco para terminar su siglo es una poeta quien lo sueña?
Al lector que ame los laberintos y los tigres no le daré explicaciones. Sólo lo invito a navegar este viaje onírico y borgeano como lo hice yo, en nueve singladuras, durante otras tantas noches del último invierno del milenio.
Sandra Pien
Canto I
Yo te convoco poeta
dijo Borges
al eterno retorno
urdimbre remota.
En una cama de hospital
Borges delira.
Ocurrió un accidente tonto
ascendentes escaleras temporales
ocultaron una ventana cruel
torrente cauce
rojo profundo
sangre en el calendario indiscreto
gotea 1938
es fin de diciembre.
Imágenes en filigrana
paradoja en sus tinieblas febriles
él sabe
no es el río de Heráclito
deambula dejando reposar
su cuerpo inmóvil
bastón en mano
tanteando perpetuamente el muro eterno.
Enjambre de actividad en su espíritu
electrones girando en los núcleos
billones de veces por segundo.
Borges delira
sueña el designio
de un solo poema intemporal.
Balbucea
no recibimos los hechos
sólo su reflejo en una conciencia
y la pasión
con los datos sensibles.
Invoca a Shelley
to illumine our tempestuous day
insiste en duplicarse
no sólo los sentidos
son testigos falsos
la imaginación
no alcanza a imaginar
la verdadera forma de la naturaleza.
Septicemia dicen los doctos
hipertermia y destemplanza
el tiempo es una ilusión
se declara un conflicto.
Soy un perdido espejo de mi padre
conocedor del poder del canto
dimensión existencial básica.
Borges revive en mi mente
el jardín de utopía.
El olor de los eucaliptos
en la memoria
lo transporta en mí
hacia Adrogué
simetría idónea del ocio de las tardes.
Soy peregrino repite
voz y destino de mortal.
~
Canto II
Me sueña que lo sueño
virtualiza en mí
letras convirtiéndose en palabras.
Somos uno y tres con Whitman
cada pequeña piedra
refleja la gloria
del gran principio
del misterio último.
El Víctor Hugo de Borges
pelea en mí
con su Rousseau
toda la naturaleza
es caos en armonía
inestable orden
de complejas secuencias temporales.
Borges se enajena
desciende al nacimiento
para conjurar la cábala
lenguaje antecedente de la creación
materna leche estudiosa de la escritura
cien años hacia delante
desde 1899 aturdida lanza.
Allí punto lírico
sitúa dispone
del tiempo circular
un poeta es todos los poetas.
Retoza en la idea de su Platón
aquella de copia de copia
y celebra
soy sombra de la sombra del poema.
Sinonimia casi sonriendo
bardo rapsoda trovador
juglar cantor aedo
coplero recitador soy.
Treinta y nueve años en la fiebre
citan a otros treinta y nueve
cercana distancia cosmológica
y ella me soñará que la sueño poeta
filamento quizá hilacha
en ese sortilegio eficaz
temporal puerta cancel
de la sustancia de que estoy hecho.
El azar será el emblema
imposibilidad de conocimiento humano
pero otra lógica
tal vez spinoziana
distinta causalidad.
~
Canto III
Ese es un invisible hilo
misterio invulnerable
oscuro sendero
sensación de soledad
ya conocida
restregando un lecho extraño.
El patio ajedrezado de la infancia
volvió en mí a su presencia
compartiremos Palermo
sus malevos cuchillos
con sus claveles carmín fantasmas
susurró
recorremos viejos sermones
ofertorios galantes
en el alma del suburbio
ritos de aquel hombre tenue
en la figura de Carriego
-nombrarlo es darle vida-
en su sueño concatenado.
Borges se exalta
largo silencio tempranero
la materia es permanente
sin estructura
idea de fósil
recuerdo del origen
el universo contiene su historia.
Tomaremos parte
de las pesadillas de Kafka
y de sus dos obsesiones
la parábola sucederá
a la confidencia.
Por esa afinidad del azar
nos visitará también
el ruiseñor que asistió
a Keats y antes a Ovidio.
Recitaremos aquel himno glorioso
del señor del espacio
y del tiempo saturado
de magia hindú
así este dolor físico
mío y de todos
hará que el alma olvide
sus otros infiernos.
~
Canto IV
Esta cama hace de lazo
trampa y vínculo
entre espiritualidad y materia.
Anoche perdí
la capacidad del habla
salvajes bestias me persiguen
pero me obstino en resistir aún
me eterniza el placer del pensar.
Borges se enardece
memora una deuda antigua
con la mano izquierda
desde la batalla de Lepanto
y la repone en este delirio.
Revive a Alonso Quijano en mí
tan ingenioso caballero
infinita fuente de inspiración
haciéndose en nosotros
de piel la lectura
de cientos de cantares
de gestas de hidalguía.
Nada de tergiversar ajenos romances
me dijo
de este escalofrío engendraré
en este más tarde perpetuo
a un tal Pierre Menard
también autor del Quijote.
~
El enigma de la biblioteca
ser universal
puede reducirse a palabras
ellas se encuentran
enmascaradas difusas
en sus anaqueles gavetas estantes
talismán invisible
para evadir tristezas
con nuevas pupilas bajo un nuevo sol.
Alguna vez diré
si uno ha leído un libro
ese libro es parte de uno.
¿Será textofagia?
Su humor se cruza
con la Enciclopedia
imperecedero cosmos
indomablemente archivado.
Mi triple colega
en mí lo evoca
bibliotecario ciego y escritor
se puso en marcha
para demostrarme su simple tesis
el movimiento existe.
En ese persistente devenir
me traslado lector voraz
a la biblioteca de Alejandría
inmanente en mi mortal talento.
Mi metáfora del atisbo
de la humanidad
hoy es el arte
contenedora fuerza
de eventos y de leyes.
Mallarmé me confió sus dos secretos
el mundo existe para llegar al libro
es el primero musitó Borges en mí
el otro clama
el encanto de la poesía
está en descubrir poco a poco.
~
Canto VI
Confusión
maraña imposibilitada de brújula
es este extravío accidental
agonía de tres noches.
Borges persevera en ser Georgie
en no dispersarse
no enloquecer
en silenciosos soliloquios.
Soñemos me impele
soñemos una relación de opuestos
contradicción
entre tiempo y eternidad
entre relativo y absoluto.
Un existencial laberinto
se le presenta en mí
desconcierto
símbolo en nueve letras
perplejidad del hombre
por encontrar la salida.
Ventanas aparentes
hostigantes de lo real
desolada arboleda
encrucijada y pacto incierto.
Bifurcaciones infinitas
curvas exiguas
cadena ilusoria
eternidad escondida en el abismo.
Desde esta cama tormento
liberaré hoy
los ojos enrejados de los tigres
mares de relatos
buscando la voz de esta tierra
regresión de la memoria
a compartidas ficciones.
De muchacho
se confesó en mí
tanteaba sorprender
con zonzas ortografías fonéticas
ellas me condujeron
again and again al laberinto.
Una tarde Borges se encontró
allí cara a cara
con un hombre
agitado sudoroso
le dijo en mí llamarse
Leopold Bloom.
Abatido
había extraviado un día en su vida
un 16 de junio de 1904
lento nihilismo
borrosa frontera de la ambigüedad.
Otra celebración del mundo
comenzará cuando despertemos
de este sueño único ilimitado.
~
Canto VII
Dudemos
¿este no equilibrio
podrá producir coherencia?
Más visiones múltiples
respuestas miles
es un disimulado signo.
Borges se trastorna
sueña ser viajero
en un tranvía en mí
en dirección a Almagro Sur
camino necesario hacia la bella lingua.
La Divina Comedia
herejía sublime
de la invención cortés
se le va revelando
desde los amaneceres
durante nueve años fértiles
mágico número diluido
en el empedrado porteño.
Qué dolce stil nuovo
es este arte del dire parole per rima
medieval cántica de lo tremendo
donde al glorificar a una donna
se rescata la vida del poeta.
Esta noche soñada es la del 7 de abril
de un instante indestructible
como aquella del 1300
del hombre perdido en una selva oscura.
Nueve círculos concéntricos
se abren desde sus pies postrados
se hunde desde la cadencia
la cifra lo maravilla
en abismos condenación
castigos tinieblas.
Se deslumbra
por la ley del contrapaso
para Francesca y Paolo
lujuriosos pecadores
atrapados por siempre
en el canto quinto
aquel de la borrasca infernal
que nunca cesa.
Borges es Alighieri
que se sueña en mí
y se compadecen juntos
de la suerte de los amantes.
Amor que no perdona que no amemos
oye el desdeñado por Florencia
poeta del valor de toda una vida
en un único instante.
Homero fue un sueño de Virgilio
Virgilio del de Dante
Dante del de Borges
vates hermanados
impronta existencial
semblanza de la razón
y clásica sabiduría
viaje alegórico
para salvar la esencia humana toda.
Reino de la pena
reino de la esperanza
volveré a la luz
murmuró en mí
y en mi paraíso
dijo
nostalgia del rezo
los diecisiete volúmenes
de las Mil y Una Noches
estarán esperándome.
~
Canto VIII
Curioso momento
calmo rostro en la vigilia
Borges respira aliviado.
Sueña que está en Ginebra
la más propicia
en pequeñas felicidades.
Recobra épocas
de vanguardias y garúas
primitivas vacilaciones
paseando la mirada
por tempranos versos.
Dichoso sueña en mí
las empedradas calles
de la ciudadela
las amables librerías
y sus antiguos libreros
el cantito del francés ginebrino.
Se cruza con Abramowicz
se saludan jovialmente
conjurándose
lapso indestructible.
Pronto volverán a dialogar
acerca de los cantones
patria de uno y otro.
Borges sueña que caminamos juntos
en ésta su sublimada ciudad
conversa de sus antepasados vikingos
de ese Londres de G.K. y Father Brown
vagando por entre la inmortalidad coronada
insular urbi et orbe
de los personajes de Shakespeare
de las coplas inglesas de la abuela Haslam
de la espada del abuelo Borges
coronel de una carga de fantasmas
poncho blanco
tordillo al viento
toque de clarín hacia la muerte
protector de esa vieja virtud argentina
el individualismo.
Habla de compatriotas
de Juan López y John Ward
de los indios pampas
evocación de llanuras del sur.
Me sugiere
mares de campos
el sabor de una saga
vastedad de un milenio.
Estoy disperso en mi obra
suspira
ahora mis sueños son memoria de todos.
Cientos de libros
quedaron sin escribirse
el del viento
el del agua
el del fuego
por citar sólo algunas elegías.
Le cuento sobre computadoras
control razón y redes
occidental esquizofrenia
del no estamos solos global
del no podemos dejar de comunicarnos
de internautas arrobando la letra a
traductora traicionera
de una realidad a otra.
Dejemos ejercer
me influye
son pocos los temas
y siempre los mismos
una palabra encierra mil
sólo es otro instrumento de metáforas.
Meditemos
sobre la geometría del azar
innato elemento en la naturaleza
hay que retornar a él
lo hemos olvidado.
Seguimos el sentir de la senda.
Frente al espejo del Ródano
traspaso el brazo del hombre a otra dama
los miro irse juntos
mientras ella le susurra al oído
pronto sabrá usted quiénes somos.
Número diez rue des Rois
Cementerio de Plainpalais
silenciosos se detienen.
Aquí Borges sueña
que elegirá ser enterrado
traza exterior de parque apacible
flores rojas para el olvido.
Sólo quiero ser tierra
repite
miscelánea de greda y polvo
a través de estirpe de árboles.
Entre ellos
designa a un If
será el atalayero
rara conífera
de condicional nombre
memorante del verso kiplinianio.
Ojalá pueda su follaje
mantener también
intacta su firmeza.
Epica silbada milonga
resuena triste
calle abajo entre las fuentes.
Iluminados sueños
se despiden al caer el ángelus
se confundirán
con sones de campanas votivas
en recuerdo del peregrino.
Esplendor uncioso
laureles naturales
frente engalanada
del que será eterno huésped.
Borges sueña
que levantará su mano
se despedirá de su amada María
ese segundo sábado de junio.
El otro deambulará
por siempre
en el cibercielo de los poetas.
~
Canto IX
La voz de mi madre
me arrulla intenta regresarme
mientras recita en pulcro inglés
una novela de C.S. Lewis
me sacude me estimula.
Borges se reduce
se contiene
desorientado entrevé
en mi sueño
hay que matar al doble.
Todavía endebles palabras
melancólico umbral
donde sólo los labios de ella
música amiga
procuran recobrar los verbos
de la lectura feliz.
El despertar
videncia transitoria
fragilidades fluctuaciones
entre párrafos del Out of the Silent Planet.
El orden puede surgir del caos
quien sabe
las bifurcaciones
son siempre posibilidades.
Cada uno arribará
a su propio epílogo
texto siempre inconcluso.
Fragmentada oscilación
ésa del coraje de un facón orillero
refiere imágenes
películas cíclicas
en la mente.
El latino Horacio me enseñó
recordó en mí en voz baja
acerca de la inmortalidad del poeta
del otro
contradictoria
terrena desgracia.
Usemos operaciones casuales
me exhorta
es útil en estos paréntesis de vida
se esfuman determinismos
lo importante es no sentirse
alienado en este universo.
Despertar recordar
resucitar
infinitivos del yo
se obliga Borges en mí.
Madre Leonor
voz desde el alma
le sigue leyendo
enunciado que comienza
a tornarse racional.
Definitivamente
los sistemas estables
son un subgrupo
de los inestables
se quiere convencer.
Uno y eterno viajero
de pronto
comienza a darse cuenta.
Desconsuelo alegre
es el instante esperado
Borges me libera de su sueño.
Siga el suyo
me dice
la poesía es un sinfín vacilante
cúmulo abundancia y ausencia
multitud e individuo circular
fragancia de rosa amarilla
luminosidad primera
preludio de crepúsculo.
Borges comprende
que comprende
y llora.
Producción y edición:
Chacho Rodríguez Muñoz
in memoriam
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